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jueves, 17 de mayo de 2012

¿Y si llego a quererlo? ¿Y si lo quiero mucho? ¿Y si ya lo estoy queriendo? ¿Y si queriéndolo mucho, él también me quiere? ¿Y si aún queriéndome, me abandona? Es decir, ¿y si todo lo que parece que va a salir bien llegara a salir mal? ¿Y si todas las ganas que tenemos, que nos dan fuerzas y nos motivan, de pronto se esfuman? ¿Y si se acaba el deseo? ¿Cómo controlar el malestar de ese momento? ¿Cómo sobrevivir a ese (aparente) holocausto? ¿Y si no sobrevivo? ¿Y si todo eso me muestra cuán frágil soy? ¿Y si mejor lo abandono? ¿Y si me evito dejarlo después, cuando sea aún más bochornoso? ¿Y si le ahorro tener que dejarme? ¿Y si economizamos tiempo y energía? ¿Y si mejor prevengo futuras frustraciones?  Alguien hoy dijo, el miedo siempre nos tiene pensando hacia adelante.

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