Seguidores

martes, 2 de octubre de 2012

De vez en cuando necesitamos un día. Un día para llorar, para gritar, para odiar y querer al mundo a la vez, para desahogar todas esas cosas que dejamos en nuestra cajita de seguridad sólo por si acaso. Para pensar en lo que ya no está y en todo lo que hemos conseguido. En que mañana el parte sigue dando tormentas pero por el corazón no pasa ni una sola gotera. Un día para tomar todo el aire que podamos y respirar muy muy profundo, para preparar cada pequeño cambio en nuestra vida. . Y no sé hacia donde voy, nunca lo sé. Lo que sí sé es con quien quiero ir. También sé que una sonrisa robada por alguien en el momento justo puede salvar un mal día. Que las cosas también pueden estar destinadas a salir bien. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario