-Pero ¿me queres?
-No lo sé, de verdad, no sé.
-¿Cómo no lo vas a saber? -Es que no,
no puedo decirte. Es.. es como.. es como cuando es tu cumpleaños y tu mamá te
lleva a comprar tu regalo. Pero, no te gusta nada, nada en especial. Y agarras
algo por agarrar, es lindo, pero no es esa clase de regalo que guardarías a tu
lado eternamente.
-O sea, tan solo soy eso ¿Algo
pasajero? ¿Un beso, dos, un polvo?
-No. Bueno sí. Sos como mi regalo de
cumpleaños, quizá el próximo regalo te sustituya o quizás no.
-¿Y qué tengo que hacer? ¿Quedarme
quieto esperando a qué decidas que hacer conmigo?
-No, las cosas no funcionan así.
-Las cosas no siempre son como vos
queres.
-¿Sabes que? La
cagaré, la cagaré mil veces. Lloraré, me perderán las formas, te gritaré y
perderé los nervios. Pero seré yo en cada instante, en cada beso, en cada abrazo.
Puede que mañana aparezca mi Brad Pitt y esto termine, o puede que vos termines
por convertirte en él. No sé, no tengo ni idea de lo que va a ser de nuestras
vidas. Pero tampoco voy a dejar escapar la oportunidad, no pienso hacerlo.
Probaremos, nos besaremos, y si toca quererse, nos querremos, y si toca
olvidarse, lo intentaremos.
-Entonces, ¿por dónde empezamos?
-Por disfrutar.
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